La comida “chatarra” y la alimentación infantil

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Recuerdo que cuando mis hijos iban al nido la profesora me llamó una vez para conversar sobre las loncheras.  Había notado que les enviaba chicha morada o agua en lugar de los “frugos” o similares que los compañeritos llevaban. Yo le contesté que debía conversar con las otras madres, no conmigo.  Experiencias similares recojo de muchas mamás de mis pacientes con alergias alimentarias, que se esfuerzan particularmente en llevar loncheras saludables.  ¿Acaso no es necesario para todas las personas comer sano? ¿por qué excluir a los niños?

 Todos sabemos que la comida “chatarra” no es saludable.  Sin embargo, asumimos que los niños la “toleran” cuando no vemos síntomas inmediatos (vómitos, diarreas, dermatitis, etc.); pero el mayor peligro de estos alimentos es a mediano y largo plazo.  El Grupo de Pediatras de la India acuño un acrónimo “JUNCS” -en inglés- para  agrupar a toda esta comida no saludable: Comida chatarra, comidas ultra-procesadas (harinas y azúcares refinados o cereales multicolores principalmente), comidas nutricionalmente inapropiadas (que no alimentan en absoluto), bebidas cafeinadas, coloreadas o carbonatadas (todas las gaseosas), y bebidas azucaradas (frugos o similares).  

El grupo concluyó que el consumo de estos grupos y bebidas acarrea un alto consumo de azúcar simple que se asocia a sobrepeso y posibles consecuencias cardiometabólicas durante la niñez y adolescencia (hipertensión arterial, diabetes, hígado graso).  Las bebidas que contienen cafeína además se asocian con disturbio del sueño y compromiso cardiaco. Se sabe también que otras enfermedades crónicas como las enfermedades inflamatorias intestinales (enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa) derivan de la falta de consumo de frutas y verduras y predominio de comida ultraprocesada.

Necesitamos responsabilizarnos como sociedad de la alimentación saludable de nuestros niños.  En Perú, el país con la mayor biodiversidad del mundo, tenemos a disposición una gran cantidad de cereales, tubérculos, vegetales, frutas.  Hagamos que nuestros niños disfruten de este privilegio, por el bien de su futuro saludable y el de todos.