Estrés materno y alergia alimentaria

El binomio madre-niño implica una interrelación profunda, no sólo emocional sino física.  No es infrecuente relacionar los estados de ánimo de la mamá con el bebé, aunque no es sólo sino recientemente que la ciencia ha podido demostrar a que nivel el plano emocional puede afectar también el plano físico.

Es importante que la madre lleve un embarazo feliz.  El bebé en el vientre materno tiene la mitad de los genes del padre y el cuerpo de la madre debe aceptarlo y nutrirlo, a pesar de que son genes extraños y el instinto inmunológico es de rechazo.  Algunas madres presentan síntomas como asma, dermatitis o depresión y con más frecuencia naúseas o constipación.  El acompañamiento del ginecólogo y la derivación a especialistas es importante en estos casos. 

Existen varios estudios que encuentran asociación entre el estrés materno y la predisposición a alergias de cualquier tipo en los bebés.

Investigadores de Alberta (Canadá - 2020) encontraron que a los 4 meses de edad una inmunoglobulina A secretora baja en las heces en los hijos de madres con estrés y/o depresión.  Esta inmunoglobulina A funciona a manera de barrera protectora contra el pasaje de gérmenes y proteínas grandes a través del intestino.  Esto implica que la flora intestinal (microbiota) en estos niños no tendrá balance apropiado y también que la posibilidad de alergias alimentarias será mayor.

Si bien es cierto, es importante considerar la alimentación sana y equilibrada de la madre durante el embarazo y el bienestar integral, que implica el componente emocional.  Debido a ello buscar ayuda profesional en casos de depresión o ansiedad.