¿Cuándo se supera la alergia alimentaria?
La alergia alimentaria es una enfermedad de los tiempos modernos. Puede presentarse a cualquier edad, sobre todo en los extremos de la vida; y en niños menores de 3-5 años. La alergia a la proteína de leche de vaca, es la alergia alimentaria más frecuente en todos los niños del mundo.
Para presentar alergia a un alimento debe existir un primer encuentro o ingesta del alimento que dispara una “sensibilización”. Ese primer encuentro puede ser incluso intraútero, mediante la lactancia materna o por otras vías como la piel o los olores. Las alergias alimentarias son una respuesta inapropiada a los alimentos, y tienen que ver con la genética del niño (padres con alergias sobre todo alergias alimentarias o con enfermedades auto inmunes) y con el medio ambiente. El bebé predispuesto queda sensibilizado con el primer encuentro y luego de un periodo variable de tiempo (horas, días, semanas, meses) expresará la alergia alimentaria a nivel digestivo, dérmico y/o respiratorio en cualquier combinación posible o severidad.
Los alimentos responsables del 90% de reacciones alérgicas son la leche de vaca, huevo, maní, nueces, trigo, soya, pescado y frutos de mar. Los alimentos alergénicos dependen del patrón de dieta predominante en cada país, no tenemos datos propios de las alergias de nuestra población.
La mayoría de niños supera sus alergias; sin embargo, se conoce que la alergia al maní y nueces o a los pescados y frutos de mar pueden persistir toda la vida en el 80-90% de los casos. Las alergias a otros alimentos, incluyendo leche, huevo, soya y trigo se suelen superar antes de los 5 años.
Respecto a la alergia a la leche de vaca o APLV, la mayoría de autores coinciden que dado que casi la mitad de los niños desarrolla tolerancia o supera la APLV alrededor de los 12 meses, este sería el tiempo mínimo prudente para evitar la proteína de leche de vaca.
Finalmente, los estudios poblacionales muestran que la alergia alimentaria es la primera manifestación en la llamada “marcha atópica”, es decir, un gran número de niños con alergia alimentaria luego desarrollan asma u otras manifestaciones respiratorias, dérmicas o digestivas crónicas relacionadas. El manejo adecuado de la inflamación gastrointestinal asociado a alergia alimentaria puede prevenir esta marcha atópica. Los esfuerzos realizados en ese sentido son el mejor seguro de salud para nuestros hijos.