Costipación crónica

Costipación crónica

 

La constipación o estreñimiento se define como pasaje de heces con dolor y/o de manera infrecuente (2 veces o menos por semana).  Si esto sucede durante más de un mes se califica como constipación crónica, es decir, que será más difícil de resolver espontáneamente.

La constipación “funcional” es la más común.  Tiene como características: heces gruesas (tipo adulto algunas veces) y retención fecal, a consecuencia del pasaje doloroso de las heces.  De no ser resuelto el problema se vuelve un círculo vicioso porque el niño retiene cada vez más las heces e incluso puede generar ansiedad y temor.  

Al retener las heces el colon absorbe el agua y se ponen más duras y se torna muy difícil evacuarlas. Sin embargo, en los casos más severos las heces pueden escaparse y dar la impresión de ser diarreicas, cuando se defeca por rebosamiento.  La función normal del esfínter anal (la compuerta que deja salir las heces a voluntad) de expulsar las heces se va perdiendo a medida que el niño retiene cada vez más volumen y va contra el reflejo natural de defecar, es decir pierde la “urgencia” o sensación de querer ir al baño a pesar de tener todo el colon relleno de heces.  

La meta del manejo es que el niño pierda el temor a defecar y vuelva a sentir la urgencia normal para ir al baño.  Esto se logra evitando alimentos constipantes (como el arroz, el plátano, los chocolates o el exceso de harinas o lácteos), consumiendo abundante líquido y fibras vegetales y usando medicamentos que ablanden las deposiciones para facilitar el movimiento intestinal.  El colon debe permanecer limpio para retornar a un diámetro normal y un movimiento regular. La actividad física regular también es importante, el sedentarismo no ayuda.

Como esta condición en los niños se asocia a mucha ansiedad y temor, es importante no obligarlo a sentarse en el inodoro o bacín si no se siente listo para ello.  El estímulo positivo (premiarlo por su esfuerzo o disciplina -sin golosinas) es más útil para conseguir cambio de actitud, obvio que a la par del manejo médico porque sólo cuando retornen las heces pastosas y sin dolor el niño irá perdiendo miedo a defecar.  

En los casos de constipación “funcional” suele haber un evento gatillo como por ejemplo evitar ir al baño en la escuela, o tal vez únicamente basta un episodio de una deposición dolorosa (posterior a una enfermedad, un medicamento, una dieta constipante o incluso el miedo a caer en el inodoro) que queda en la memoria del niño y evita volver a experimentarla aguantando las deposiciones.  Si el niño es estreñido desde los primeros días de vida o tiene otros síntomas como vómitos o un abultamiento severo del abdomen o presenta retraso del desarrollo psicomotor no pensamos en “funcional” sino en una enfermedad orgánica que debe ser investigada con urgencia.