Comorbilidad de la alergia a la proteína de leche de vaca con otras manifestaciones gastrointestinales.
Existen varias dolencias digestivas que tienen una base de manejo nutricional, retirando empíricamente algunos alimentos, entre ellas la proteína de leche de vaca, por ejemplo, los trastornos “funcionales” en los cuales no necesariamente existe una patología detectada.
Otras enfermedades crónicas coexisten con la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) como la enfermedad inflamatoria intestinal o la gastroenteropatía eosinofílica. La asociación es tan estrecha que algunos estudios a nivel poblacional identifican a la APLV como factor de riesgo para el desarrollo de estas patologías. Es así que en Finlandia la base de datos poblacional ayudó a los investigadores a determinar que los pacientes que habían sido diagnosticados de APLV en la infancia tenían más riesgo de presentar enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa en la edad escolar o adolescencia. La marcha atópica no incluye solamente las manifestaciones de los sistemas extradigestivos, sino que abarca estas enfermedades de alta morbimortalidad.
En cualquiera de las situaciones es importante el manejo nutricional adecuado, más aún si el tubo digestivo está crónicamente enfermo y el paciente en mal estado nutricional, como es lo usual.
La atención especializada es vital para orientar a estos diagnósticos y el manejo correcto. El acompañamiento nutricional es importante en todas estas condiciones.