Alergia a la proteína de leche de vaca en niños con lactancia materna exclusiva

La madre y su bebé son un binomio.  La leche materna es la fuente vital de este nexo.  La naturaleza ha diseñado una leche específica para cada mamífero.  La leche de vaca lo es para el ternero, está diseñada para un crecimiento rápido a expensas de alta carga proteica.  La leche materna lo es para el humano. 

A falta de leche materna, antes de la era industrial, se usaba a las nodrizas.  Posteriormente se utilizaron las formulaciones adaptadas de leche de vaca.  De esta forma, desde 1900 se conocía que los infantes reaccionan a alimentos que la madre consume (Ej. Leche, huevos, pescado…) mediante: Cólicos, eczema, exantema, diarrea, vómitos.

Existe una explicación científica:  los alimentos que consume la madre (sobre todo las madres atópicas) no pasan necesariamente una digestión completa, algunas proteínas enteras pueden pasar a la circulación sistémica debido a un intestino materno permeable (inflamado) y llegar a ser ingeridos por el bebé, que tiene un sistema inmune y digestivo inmaduro aún para recibirlas.   Se ha encontrado en  la leche materna proteínas de la dieta de la madre como Beta-lactoglobulina (leche de vaca), ovoalbúmina (huevo), gliadina (trigo). 

Sin embargo, la posibilidad de alergia a la proteína de leche de vaca a pesar de recibir lactancia materna exclusiva es cinco veces menor respecto a los bebés que reciben fórmula.  Es más, casi la totalidad de bebés que siendo amamantados exclusivamente por su madre presentan alergia a la proteína de leche de vaca han recibido fórmula láctea los primeros días de vida (el “biberón fatal”). 

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses no son suficientes los esfuerzos para implementarlo a nivel mundial. Implica preparación de las madres desde el anteparto, evitar el “biberón fatal” de fórmula láctea al nacer y posteriormente continuar con el apoyo social para mantener la lactancia materna exclusiva a pesar del trabajo.  Nuestros niños y nuestro planeta necesitan ese empuje de todos.